Era presidente de la República el General Porfirio Díaz Mori, cuando se inició en 1902 y se concluyó el 28 de mayo de 1910 la presa Luis Espinoza de los Monteros, durante los periodos de los gobernadores del estado de México, José Vicente Villada (1897 a 1904) y Fernando González (1904-1910).

En 1902 los trabajos los inició el señor Rafael Ortiz de la Huerta, dueño de la hacienda San Juan Casa Blanca, quien murió el 5 de enero 1903 y "deja la obra en manos del ingeniero Luis Espinoza de los Monteros", administrador de dicha hacienda, quien la concluye hace 100 años y como un reconocimiento a él, porque finalizó los trabajos, se le dio su nombre a esta obra.

Esta construcción, dijo, fue edificada en el ejido de Hueypoxtla y Jilotzingo con piedra negra que era extraida del cerro de la localidad. "Se cuenta que se hacían grandes filas de hombres" para trasladar la piedra cargando y en carretas que eran tiradas por animales con el fin de construir la presa que actualmente tiene 478 metros de longitud, 11 de latitud y 20 metros de altura,

Tenía una superficie aproximadamente de 120 hectáreas para irrigar tierras de Tizayuca, en el estado de HIdalgo, en Hueypoxtla, Jilotzingo, San Bartolo Cuautlalpan y a la hacienda San Juan Casa Blanca.

En la temporada de lluvias eran inundadas hasta 75 hectáreas de las mejores tierras del pueblo de Hueypoxtla, y posteriormente en 1928 se hizo el desagüe por medio de los límites, debido a que la población se incoformó porque había fugas de agua. En 1944 el pueblo de Hueypoxtla estuvo en peligro de inundación ante la amenaza de un derrumbe que presentaba la presa Luis Espinoza de los Monteros, debido a la gran cantidad de agua que había almacenado por las lluvias y algunas presas del norte que se había derrumbado.

Para evitar el desbordamiento, el 27 de septiembre de ese año, se les convocó a los ciudadanos para hacer una faena y de esa forma abrir más la regadera que se encuentra al Sur de esta presa y con la intervención del entonces secretario de gobierno del estado de México Alfredo del Mazo, personal especializado acudió al lugar para atender este problema que enfrentaba la población local.

En ese entonces, señaló, los habitantes se encontraban alarmados, de tal forma que el comisiariado de Jilotzingo, intervino y se solicitó a sus propietarios 200 hectàreas sembradas de maíz y personal del gobierno local y soldados del ejército rompieron las paredes de la presa y se inundaron los ejidos solicitados para evitar el derrumbe.